Igualdad a la cubana.

jueves, 27 de marzo de 2008




artículo pendiente.-

Los empresarios y la nueva guerra fría.

lunes, 25 de febrero de 2008






Discurso pronunciado por Carlos Alberto Montaner, en el seminario Amenazas y Desafíos Para el Sector Productivo, en el Hotel Marriott, San José, Costa Rica, el 26 de noviembre del 2007.
Hace casi medio siglo, Fidel Castro y el Che Guevara proclamaron la doctrina del internacionalismo revolucionario. Se concretaba en una frase mil veces repetida por ellos: “el deber de todo revolucionario es hacer la revolución en cualquier parte del mundo”. Cuba, pues, tan celosa en su soberanía, siempre dispuesta a denunciar a cualquier país o grupo que se atreviera a ayudar a los demócratas cubanos de la oposición, proclamaba, en cambio, su derecho a intervenir en cualquier país para promover su modelo político por cualquier procedimiento, incluida la violencia armada.
La doctrina, según todos los síntomas, hoy tiene discípulos convencidos y muy activos. A fines de 2007 la Asamblea Nacional de Venezuela, el parlamento de ese país, asignó 250 millones de dólares del presupuesto del año próximo para fomentar la revolución bolivariana en el exterior. Ese dinero irá a las manos de los grupos chavistas y a las organizaciones de izquierda que siguen las ideas propuestas por el eje cubano-venezolano-boliviano, popularmente conocidas como “el socialismo del siglo XXI”. Para que se tenga una idea del impacto potencial de ese dinero, vale la pena recordar que una campaña política presidencial en cualquier país centroamericano cuesta unos quince millones de dólares aproximadamente.
¿En qué consisten esas ideas del llamado Socialismo del siglo XXI?¨
Es, en esencia, retomar paulatinamente la fórmula del colectivismo estatista en el terreno económico y en suprimir progresivamente las libertades democráticas en el campo político, como se observa en Venezuela y Bolivia, o como acontece en Cuba desde hace casi medio siglo.
Es la vuelta al Estado-empresario, pese a la horrenda tradición de corrupción, despilfarro, nepotismo e ineficiencia que dejó a su paso por la historia latinoamericana del siglo XX.
Es el control de precios y salarios dictado por funcionarios tan arrogantes como ignorantes, convencidos de que saben lo que hay que producir, cómo hay que producirlo, quién debe consumirlo y en qué condiciones.
Es la pulverización paulatina de la sociedad civil y de sus estructuras espontáneamente generadas a través del tiempo, sustituyéndolas por organizaciones estabularias concebidas para encerrar a la sociedad con el objeto de controlarla eficientemente.
Es la militarización creciente de las personas, incardinándolas en milicias civiles dedicadas a la vigilancia y la coerción.
Es la demolición total de las estructuras institucionales republicanas, con los clásicos tres poderes que se equilibran para limitar la autoridad de los gobernantes.
Es el abandono del pluripartidismo y su sustitución por un partido único que hará metástasis por el cuerpo social contaminando y corrompiendo todo lo que toque y controle.
Es una variante del modelo militarista islámico que Nasser y Gadaffi ensayaron en el Medio Oriente, donde el caudillo militar o civil se vincula con las masas para guiarlas a su antojo por medio de la correa de transmisión de las Fuerzas Armadas, con el apoyo propagandístico constante de los medios de comunicación previamente controlados.
Es la construcción de enemigos artificiales, como Estados Unidos o Europa Occidental, para tratar de galvanizar a la sociedad detrás de esa corriente de odio disfrazada de nacionalismo.
Es, en general, el rechazo visceral al Occidente próspero, impulsado e instrumentado por las técnicas de propaganda del viejo comunismo de la Guerra Fría, más los procedimientos de legitimación populista diseñados por Fidel Castro, con esos batallones de médicos, maestros y deportistas, con los que fabrica una hábil operación de relaciones públicas y mercadeo político denominada “misiones” a la manera del catolicismo tradicional.
Es la organización de turbas paramilitares que intimiden a la sociedad mediante el uso de pogromos para someterlas a la obediencia y hacer abortar cualquier brote de rebeldía.
Es el modelo de “solidaridad orquestada”, forjado para suscitar respaldo internacional, desarrollado por la KGB en los tiempos en que la URSS experimentaba un fuerte espasmo imperial y necesitaba proyectar su imagen en el exterior.
Es la constitución de un bloque anti occidental, remedo de la guerra fría, que preconiza la hostilidad al primer mundo y sueña con su liquidación eventual.
Es la asociación internacional con el radicalismo islámico para atacar los intereses de Occidente, calumniando, de paso, a Israel y a los judíos en una franca campaña antisemita.
Es el respaldo a las narco guerrillas comunistas sudamericanas o a cualquier violento movimiento radical, como se desprende de las excelentes relaciones que existen entre el gobierno de Hugo Chávez y las FARC colombianas.
Es un híbrido folclórico y vistoso, muy simpático para los ojos de los progres del primer mundo, con ingredientes de Juan Domingo Perón, de Getulio Vargas, de Velasco Alvarado, alusiones a Lázaro Cárdenas y a los corridos de la revolución mexicana, camisetas del Che, retratos de Sandino, y confusas referencias a ideólogos de distintos calibres como Antonio Gramsci, Norberto Ceresole, Marta Harnecker, Heinz Dieterich, Noam Chomsky, James Petras y otros elucubradores de esa cuerda delirante que continúa reivindicando el marxismo con una total indiferencia a la devastadora experiencia producida por la puesta en práctica de esas ideas erróneas durante el doloroso siglo XX.
Es, en suma, la mayor cantidad de comunismo soviético que permiten las circunstancias tras la desaparición de la URSS, pero ahora con su centro operativo situado en el eje Caracas-La Habana, como explicó el canciller cubano Felipe Pérez Roque en un discurso pronunciado en Venezuela en diciembre de 2005.
El nuevo Moscú
En efecto, en ese texto se resumían con toda claridad las conclusiones a que habían llegado Fidel Castro y Hugo Chávez tras sus largas y frecuentes conversaciones. La URSS y los comunistas europeos habían traicionado la causa de la revolución marxista-leninista y se habían entregado al cruel capitalismo occidental capitaneado por el imperio norteamericano. Ya no se podía esperar nada de ellos, así que el foco central de la revolución mundial se trasladaba a América Latina, concretamente al eje La Habana-Caracas, al que poco después se agregaría La Paz. Por otra parte, dentro de la evaluación que hacían de las circunstancias internacionales, ese eje estaba obligado a expandirse para poder sobrevivir. Había, claro, diferencias con relación al análisis tradicional marxista-leninista. Esta vez la revolución mundial no llegaría de la mano de una gran huelga general dirigida por el Partido Comunista, como suponían Marx y Lenin, ni de las guerrillas campesinas, como proponía Mao, ni tampoco de la creación de un foco insurreccional urbano-rural, como sucedió en la Cuba de Fidel y del Che, sino arribaría por métodos electorales democráticos, como ocurrió en la Alemania nazi de los años treinta o previamente en la Italia fascista de Benito Mussolini. La estrategia era utilizar los resortes de la democracia representativa para desarmarla desde dentro y vaciarla de contenido ideológico.
También existía otra diferencia: el tiempo que tomaría el proyecto revolucionario era mucho más dilatado. Había que llegar al poder por medio de las urnas y redefinir constitucionalmente las relaciones entre el Estado y la sociedad, demoliendo, de paso, las instituciones republicanas y su sistema de equilibrios y contrapesos concebido para limitar la autoridad de los gobernantes. Todo el poder recaería en las manos de un enérgico caudillo que gobernaría en nombre del pueblo, legitimando su gobierno por medio de medidas asistencialistas de corte populista capaces de seducir a las capas más necesitadas con una mezcla caritativa de sopa boba, como la que se dispensaba a los mendigos en los monasterios de la Edad Media, y operaciones de catarata, mientras se utilizaba al ejército o a cuerpos paramilitares como instrumento de su incontrolada autoridad.
Una nueva guerra fría
Estamos, pues, en una nueva versión de la guerra fría. Tras la Segunda guerra mundial, la URSS se lanzó a la conquista de una buena parte de Europa y desarrolló un proyecto de dominio planetario en el que invirtió grandes recursos, ya fuera directamente con sus tropas, como sucedió en Afganistán, o ayudando a los partidos comunistas y a los grupos subversivos locales de todas partes, logrando tan grandes y graves éxitos que, a principios de la década de los ochenta, parecía inevitable el triunfo del comunismo en el mundo.
Pero, como sabemos, las cosas ocurrieron de otro modo. Ante este espasmo imperial de los soviéticos, a fines de los cuarenta, durante la presidencia de Harry Truman, espoleado por las reflexiones del diplomático George Kennan, el gobierno de los Estados Unidos creó lo que se llamó la estrategia de contención. Cada centímetro disputado por los soviéticos o sus aliados en China, Grecia, Malasia, Berlín, Corea del Sur, Vietnam, Guatemala, Cuba, El Salvador, Nicaragua, etc., sería defendido con más o menos éxito, utilizando para ello una amplia variedad de instrumentos de lucha, desde la ayuda masiva (el Plan Mashall), la propaganda y la información políticas (Radio Free Europe, Radio Liberty), hasta la creación de la OTAN y el uso de tropas o de acciones encubiertas de la CIA.
La razón final de esa estrategia era, si se quiere, muy simple: Estados Unidos no podía sobrevivir como nación independiente, gozando del sistema que libremente se había dado a partir de 1776, en un mundo gobernado por los comunistas de manera creciente. Defender la democracia y la libertad en cualquier lugar del mundo o, simplemente, resistir el embate de los regímenes comunistas, era una manera de preservar la libertad en Estados Unidos. Así pensaban todos los presidentes norteamericanos, desde Truman, Eisenhower, Kennedy (muy especialmente Kennedy), hasta George Bush, padre, el gobernante al que le tocó presenciar en la Casa Blanca el derribo del muro de Berlín y la disolución de la URSS a partir de 1989, hace ya casi 20 años. La contención había dado resultado. Estados Unidos, en síntesis, había ganado la Guerra fría.
Desde la perspectiva norteamericana, pues, ese episodio había terminado. La URSS se transformó en Rusia, una nación sin apetencias de conquista en la que rige una forma brutal y primitiva de capitalismo, y los satélites europeos se convirtieron en los mejores aliados de Washington, mientras China y Vietnam evolucionaron en una dirección parecida. Sólo quedan algunos manicomios comunistas ortodoxos, como Corea del Norte y Cuba, pero demasiado débiles y demasiado desacreditados para poner en riesgo a estados Unidos. Son sólo anacrónicas molestias en vías de extinción, no peligros serios, distinción que suele hacer Manuel Rocha, ex embajador de Estados Unidos en Bolivia y gran experto en la zona.
Entre los verdaderos peligros que acechan a Estados Unidos en el primer cuarto del siglo XXI no está el socialismo preconizado por Chávez, sino el terrorismo islámico, la proliferación nuclear y el tráfico de drogas hacia el país. El venezolano sólo pasaría a ser considerado realmente peligroso si se convirtiera en un cómplice evidente y de esas tres actividades consideradas muy lesivas para la seguridad nacional de Estados Unidos. Mientras tanto, sólo es un folclórico demagogo dedicado al insulto y a las payasadas, mientras le vende regularmente a su archienemigo americano el diez por ciento del petróleo que Estados Unidos importa.
Una guerra asimétrica
Conocer esta percepción norteamericana, acertada o errónea, es clave para los latinoamericanos. De Washington no van a partir iniciativas consagradas a derribar a Chávez ni a oponerse firmemente a su socialismo del siglo XXI. No es una prioridad para Estados Unidos. Venezuela es un suministrador de petróleo poco fiable, pero USA va disminuyendo paulatinamente su dependencia de este vendedor. Cuando llegó Chávez al poder, provenían de Venezuela el 16% de las importaciones. Hoy ese porcentaje se ha reducido al diez, mientras USA, paralelamente, ha aumentado de forma notable sus reservas para enfrentarse a un eventual recorte de suministro del crudo venezolano. Por otra parte, la prolongada huelga de PDVESA en el 2002 demostró que no era difícil encontrar otras fuentes sustitutas. El precio, sí, aumentará un poco, pero no en una proporción que la opulenta sociedad norteamericana no pueda afrontar.
En suma: ese disparate, el chavismo, es una calamidad que afecta, en primer término, a los latinoamericanos, y son ellos, los demócratas de ese continente, y los defensores de las libertades económicas y políticas, quienes deben crear el muro de contención frente al castro-chavismo para impedir que su influencia crispe y empobrezca aún más a las sociedades de esta zona del mundo.
El problema, naturalmente, es que ningún grupo político que ocupe el poder, y ningún gobernante con nombre y apellido, tienen un interés especial en asumir ese riesgo y enfrentarse a las bien apertrechadas izquierdas locales. Repasemos brevemente a los principales actores:
Felipe Calderón, que ganó la presidencia combatiendo al chavismo atribuido a López Obrador, una vez instalado en Los Pinos dejó de atacar a Chávez y le lanzó un ramo de olivo. Se siente demasiado débil para abrir otro frente.
El mismo fenómeno se observa en el Perú de Alan García. Tras una campaña contra Humala ferozmente antichavista, el líder aprista prefirió hacer las paces con el venezolano.
Álvaro Uribe, pese a tener el apoyo del 70% de los colombianos y de ser inmensamente respetado, no puede arrastrar a su país a un choque con Hugo Chávez por dos razones. Primero, porque el venezolano puede multiplicar su hoy no tan discreto apoyo a las narco guerrillas comunistas y complicar aún más la situación en la enorme frontera que comparten los dos países; y, segundo, porque Venezuela es el primer destinatario de las exportaciones colombianas y Chávez puede decretar la interrupción de las relaciones comerciales entre los dos países
El ecuatoriano Rafael Correa, mientras tanto, ganó las elecciones declarando sus simpatías chavistas y su aprecio por las ideas intervencionistas de esa cuerda política, modelo de relación entre la sociedad y el Estado en el que parece respaldarlo la abrumadora mayoría de sus compatriotas.
Los países centroamericanos y República Dominicana tienen un acuerdo petrolero con Venezuela, ligeramente favorable en el aspecto financiero, que no desean sacrificar, ni tampoco quieren exacerbar demasiado a los grupos chavistas locales. En el caso de El Salvador, sus dirigentes están conscientes de que, con la asesoría y el dinero venezolanos, los viejos comunistas del FMLN pueden ganar las próximas elecciones y devolver el país a la incertidumbre de los años ochenta. Nicaragua, por otra parte, está gobernada por un presidente sandinista, con minoría en el Congreso, que ya forma parte del cónclave chavista, aunque la realidad política de su país le impide adoptar las medidas recetadas por el eje Caracas-La Habana.
Argentina y Uruguay, pese a ser mucho más ricos que Venezuela, han sido objetos de la millonaria beneficencia bolivariana destinada a comprar influencias.
Lula da Silva tal vez sienta cierto rechazo instintivo por Chávez como persona, pero hay una complicidad ideológica de fondo, sumada a la tradicional indiferencia brasilera hacia los asuntos políticos latinoamericanos.
Sólo queda un Chile muy preocupado por la alianza entre Venezuela y Bolivia, que incluye la asistencia militar del primero al segundo y las constantes intromisiones de Chávez en el viejo pleito entre los dos países, pero el gobierno de la señora Bachelet, como antes el de Ricardo Lagos, han optado por rearmar calladamente a sus fuerzas armadas, a la espera del peor de los escenarios posibles, y a nadie en ese país le pasa por la cabeza la idea de construir un muro internacional de contención democrática capaz de hacerle frente a la arremetida chavista. Los chilenos saben que están solos.
La última línea defensiva
Si el gobierno norteamericano, los líderes políticos, y los gobiernos latinoamericanos no se atreven a defenderse de este peligro, ¿quién puede hacerlo? Sólo queda una opción disponible: la sociedad civil de cada uno de los países colocados bajo la mirilla de los chavistas, y, dentro de esa vasta red de instituciones y organizaciones, los empresarios. Sólo quedan los empresarios.
¿Por qué los empresarios? Porque son los que más tienen que perder en el orden material, y porque el socialismo del siglo XXI, como ocurría con el comunismo del siglo XX, está encaminado a reducir y limitar hasta la extenuación los derechos de propiedad, a debilitar progresivamente el mercado hasta hacerlo irrelevante, a impedir o frenar el comercio internacional, y a darle al Estado un rol absolutamente hegemónico como productor de bienes y servicios, planificador y regulador de todas las actividades empresariales que consigan sobrevivir.
Son los empresarios los que tienen que defenderse y defender a la sociedad, porque son los que tienen la información esencial y no ignoran que todos esos experimentos dirigistas y colectivistas sólo conducen a la destrucción del capital material y del capital intangible, a la inflación, al atraso tecnológico, a la erosión de las clases medias, al estancamiento, al autoritarismo, a la pérdida de libertades, y a un aumento exponencial de las fricciones entre los distintos grupos y estamentos que componen el tejido social, reduciendo los niveles de confianza entre las personas, y entre las personas y las instituciones, clima moral que impide el desarrollo armónico de los pueblos.
Los empresarios saben que con ideas del vecindario socialista, o social fascista, el peronismo destruyó la base productiva de la Argentina, y el país, que en 1930 estaba en el pelotón de avanzada del primer mundo, pasó a ser una nación rezagada y pobre cada vez más alejada de la proa del mundo. Saben que Velasco Alvarado, con fórmulas parecidas, mezcladas con el militarismo dictatorial convencional, arruinó severamente a Perú, y algunos sectores, como la agricultura, nunca pudieron recuperarse. Saben que los sandinistas en los años ochenta acabaron con el relativo ímpetu empresarial nicaragüense y devolvieron el país a los niveles de producción de cuatro décadas anteriores. Saben que la Cuba previa a Castro, pese a todas las imperfecciones de su sistema político, era uno de los países más y mejor desarrollados de América Latina, hasta que el castrismo se apoderó de las riendas de la economía y pulverizó y dispersó a los sectores empresariales.
En otras palabras: los empresarios, los creadores de riqueza, conocen los horrores del socialismo real, no el de los manuales de la secta; tienen memoria de los efectos nocivos de las falacias cepalianas diseminadas en los años cincuenta; del demostrado error keynesiano de usar el gasto público para modular la economía; del disparate de la Teoría de la dependencia propagado por Fernando Henrique Cardoso cuando era un ideólogo del intervencionismo, análisis del que felizmente se despojó cuando le tocó gobernar a los brasileros. Los empresarios, en suma, tienen muy presentes las devastadoras consecuencias del gobierno chavista, creador de una vasta e improductiva masa de estómagos agradecidos a los que compra su respaldo político con dádivas, creando la paradoja de los pobres rentistas, una enorme legión de gentes infelices que viven paralizadas por las migajas que les lanza el Estado, sin otro estímulo laboral que el de poner la mano, mientras cada día más y más empresas se ven obligadas a cerrar como resultado de los controles y candados a las que las someten.
Por la otra punta del mismo fenómeno, por la punta exitosa, los empresarios también están al tanto de las historias de los países que en las últimas décadas consiguieron abandonar el subdesarrollo y convertirse en naciones del primer mundo, industrializadas y prósperas, cada una con sus características, pero todas coincidentes en la necesaria apertura al exterior, en el requisito de prudencia en el manejo de los factores macroeconómicos, control de la inflación, inversiones sustanciales en educación y salud, políticas públicas sensatas, primacía del mercado, protección de los derechos de propiedad, fortalecimiento del Estado de Derecho, y sostenimiento del empresario y de la persona emprendedora como ejes y factores principales de la creación de riquezas. Es decir: exactamente la receta opuesta al viejo y fallido modelo que proponen Chávez, Castro y sus tercos seguidores, personas dispuestas a chocar mil veces con la misma piedra.
¿Pueden los empresarios diseñar una estrategia de lucha y enfrentarse en el plano cívico al reto que significa el chavismo para defender inteligentemente las libertades políticas y económicas? No lo sé, pero lo que me parece evidente es que, si no lo hacen ellos, nadie asumirá ese papel, y es mucho lo que pueden perder, pero más aún lo que perderán las naciones en las que viven y crían a sus hijos. En esta batalla, sencillamente, se juegan la fortuna, la estabilidad y la felicidad colectiva. No librarla sería una peligrosa irresponsabilidad.

Noticias de por ahí que alegran a los libres.-

jueves, 3 de enero de 2008


Pablo Milanés, uno de los cantautores de la revolución castrista, ofreció, el pasado día 26, un polémico concierto donde habló de Libertad y de Cambio. El teatro Mella, en el barrio habanero del Vedado, se vino abajo cuando el trovador terminó de cantar su nueva canción Dos preguntas de un día. Un reporte de Mauricio Vicent en “El País” lo explica.
Foto: Alejandro Ernesto - Efe
Con palabras de andar por casa, reales y duras como la vida, la canción cuenta una historia bien conocida por los cubanos: “Mi hermano Jacinto / que vive en La Habana / no sabe si su hija / que tuvo una nieta / que aún no ha conocido / sabrá que su madre / murió de repente. Las autoridades no lo dejan salir…“.
Milanés, uno de los artistas más queridos en el país y por mucho tiempo emblema de la revolución, reflexiona al concluir este tema: “¿Ha valido la pena? / Pregunto, no sé / Ha valido la pena? / Respondo, no sé”.
El público que abarrotó el Melia en la presentación de Regalo, su último disco, recibió su mensaje con aplausos encendidos. Y similar complicidad cosecharon otras de sus canciones nuevas, como La libertad o Suicidio. En una de las estrofas de esta última, el músico lamenta: “Nada me vale lo mismo que ayer / hay cien motivos para no creer / lo que ayer era una ilusión / hoy se impone como una razón…”, y acaba desgarrado, “quiero volver / quiero aferrarme a mi pasado / ¿dónde está?“.
En la platea había mucha gente de la generación de Pablo, la de los 60 años, pero todavía eran más los jóvenes y adolescentes, todos en sintonía. Al concluir el concierto, una mujer madura que moqueaba de emoción se limitó a observar que aquellas letras profundas eran “algo muy necesario” en “estos momentos” de su país. No pudo expresarlo mejor: como ella, hoy son muchos los cubanos que quisieran que las inquietudes comprometidas de Milanés y de otra gente como él sirvieran de revulsivo en la isla para el año que comienza.
Según la terminología oficial, 2008 será el año 50 de la revolución. Y para bien o para mal, será también el año de los cambios. Desde hace 17 meses, los que Fidel Castro lleva vestido con chándal deportivo, en Cuba es el asunto principal, pero los cambios, cuales sean, no acaban de llegar y son cada vez más las voces que tratan de romper inercias dentro del sistema y generar conciencia de que es tarde para dejarlo todo para mañana.
En los debates celebrados en la isla en los últimos meses por iniciativa del presidente interino, Raúl Castro, el malestar brotó a borbotones: la dualidad monetaria, el transporte, la precariedad de la vivienda, el exceso de prohibiciones, la falta de estímulos, el deterioro de la salud y la educación… Las dificultades de la vida cotidiana, a estas alturas, más que agobiar aplastan, y sobre todo el problema de los salarios, que no alcanzan para casi nada y no se corresponden con los elevados precios de los alimentos y de otros productos básicos.
“Mucho se está jugando hoy en Cuba y mucho se espera de los jóvenes”, dijo recientemente en un discurso el dirigente juvenil Carlos Lage Codorniú, hijo del vicepresidente cubano. Tocó el cogollo del problema al asumir como necesario repensar el modelo socialista “entre todos”, y plantear que las “soluciones” que requiere su país no pueden ser “cosméticas“.
Si el primer año de la enfermedad de Fidel Castro fue de tanteos e incertidumbres, a partir del pasado 26 de julio, cuando el presidente en funciones Raúl Castro pronunció un discurso autocrítico y anunció la introducción cambios “estructurales y de concepto” en la economía, se generaron expectativas notables.
Luego vinieron los debates sobre aquel discurso y la exhortación oficial a hablar con libertad sobre los problemas y proponer soluciones. “La gente se explayó, pero fueron pasando las semanas y de nuevo decayó la ilusión del cambio, un cambio al que todavía nadie ha puesto nombre ni se sabe su alcance, pero que todo el mundo quiere”, afirma un académico, militante del Partido Comunista Cubano (PCC). No es un secreto que dentro del partido comunista y en la sociedad en general son cada vez más los que plantean que hoy lo contrarrevolucionario es no moverse y empujan en la dirección del movimiento, aunque los equilibrios, hay que imaginar, son difíciles.
La última sesión del Parlamento de nuevo aclaró el horizonte… Raúl Castro pronunció un discurso en el que vino a decir que el cambio va, pero que será lento. Habló de la existencia de “prohibiciones y medidas legales” que “han sido superadas por la vida”; entre ellas, las que impiden a los cubanos entrar y salir libremente de su país, a las que Milanés alude en su canción. También dijo que se pondría la tierra “en manos” de quien produce con eficiencia, y que se trabajaba en “el perfeccionamiento del sistema empresarial vinculado a los resultados”.
Reiteró Raúl el llamamiento a la democratización interna del PCC, hecho días antes, al pedir a los dirigentes que sepan “crear el ambiente propicio para que los demás se expresen con absoluta libertad”.
“Todos quisiéramos marchar más rápido, pero no siempre es posible“, dijo el jefe del Ejército, y mencionó la necesidad de “forjar consensos”. Fidel Castro envió un mensaje a la Asamblea Nacional respaldando a su hermano. Algo que no ocurría de forma explícita desde que el 31 de julio de 2006 delegó en él “provisionalmente” todos sus poderes y cargos, días después de ser operado de urgencia debido a una grave crisis de salud.
Sentadas estas bases, comenzará mañana en Cuba el año 50 de la revolución, para muchos decisivo. La generación histórica de la revolución desaparece, y el tiempo apremia a sus fundadores si quieren guiar unos cambios que la historia hará de cualquier modo, alertan figuras políticas desde dentro del sistema. En la calle, la gente simplemente vive y espera.
Los hay, como Milanés, que tratan de “hacer pensar y reflexionar” con sus canciones, para que la revolución que defendieron logre reinventarse; otros han perdido la fe; otros están paralizados por la inercia; otros quieren romperla. “Llega la noche, me invade el cansancio / de un día de bregar / me voy hasta mi lecho: nada nos cuesta soñar”, cantó Pablo en el teatro Mella. Su concierto para presentar Regalo fue reseñado al día siguiente por el diario oficial Granma de la siguiente forma: “Se despidió dejando la sensación de que escucharlo puede ser un gran riesgo. Sus canciones te ayudan a cambiar la vida“.
Nuevas letras de Pablo Milanés
- ‘La libertad’. “La libertad se va poniendo vieja. La libertad ya no puede parir. La libertad, como todo en la vida, nació para morir”.
‘Suicidio’.”El tiempo pasa. Los años van llegando. Aunque no te hagan daño como ayer, la vida es sabia. / La muerte lo es también”.
Reportaje de El País, Mauricio Vicent

¿Porque el silencio del gobierno uruguayo?

viernes, 14 de diciembre de 2007



La Declaración Universal de los Derechos Humanos es la conciencia, la ética y la moral de la carta de las Naciones Unidas. Esta declaración nos permite denunciar las violaciones de derechos humanos y de las libertades fundamentales en la Cuba castrocomunista. El hecho de que estas atrocidades bien podrían estar aconteciendo en el Uruguay de no haber sido por la acertada intervención de nuestras Fuerzas Armadas, es para estar agradecidos. Los librepensadores de America Latina tenemos el deber de denunciar los dramas a los cuales esta sometiendo al pueblo cubano la dinastía de los Castro. Hace casi 50 años que Fidel Castro ascendió al poder en Cuba prometiendo elecciones libres y secretas en 18 meses. Desde entonces nunca ha habido elecciones, nunca ha habido cambio de gobernante y nunca ha habido democracia. Castro es jefe de estado, jefe de gobierno, jefe supremo de las fuerzas armadas y primer secretario del partido comunista. En Cuba sólo se permite un partido legal (el comunista). Castro personalmente escoge y designa a los miembros del Buró Político, del Consejo de Estado y todos los cargos de relevancia en el partido. Como se sabe, ellos nominan a los 601 miembros de la Asamblea Popular, que se reúne dos veces al año tres días para simbolizar un parlamento. El verdadero poder y control del país lo ejerce Castro a través del partido comunista, el cual designa dentro de sus miembros a los cuadros dirigentes en todas las posiciones gubernamentales burocráticas, en todos los organismos del estado, de la educación, las organizaciones de masas, fuerzas armadas, policía política (DSE), y sistema judicial. El cuerpo judicial cubano (jueces, abogados, fiscales) no es independiente, sino que está bajo el control completo del partido. Cuba no es un estado de derecho en el sentido judicial. Cuba no es una democracia representativa. Cuba es una sociedad totalitaria que controla la vida diaria de sus ciudadanos. Cuba es una sociedad cerrada de economía de estado. Cuba es un estado policíaco. El Ministerio del Interior tiene bajo su mando, control y poder a la policía y a los guardias de fronteras; controla y dicta las funciones de emigración, los comités de defensa (CDR), las brigadas de respuesta rápida, y la policía política (DSE). Hay un comité de defensa en cada cuadra para vigilar a los ciudadanos. Las brigadas de respuesta rápida son tropas de choque con miembros vestidos de civil que buscan, atacan, golpean y aterrorizan a disidentes opositores. La policía política (DSE) es copia de la KGB soviética, cuyos miembros fueron entrenados por los soviéticos durante los 30 años (del 61 al 91) de colonialismo soviético en Cuba, cuando llegó a haber más de 600,000 soldados y miembros de la KGB soviética en Cuba. ¿Cuáles han sido los logros del largo experimento cubano? Los mismos logrados por la Unión Soviética y los otros países del Este: fracaso, retraso, miseria, atrocidades, brutalidades, horrores. Los logros documentados y ya históricos del régimen castrocomunista son:Más de 35,000 fusilados con juicio o sin él. Muertos en prisiones por deficiencia médica y alimenticia y por golpizas. Alzados y desaparecidos. Más de 10,000 cadáveres cubanos en los mares alrededor de Cuba, ahogados, comidos por los tiburones o ametrallados por la aviación y lanchas rápidas cuando trataban de escapar a tierras de libertad. Una economía en ruinas y una infraestructura desbaratada. Una deuda exterior de más de 30,000 billones de dólares a Rusia, la banca consorcio de París, Japón, Canadá, Argentina, México, España y los países con los cuales ha hecho y sigue haciendo negocios. Racionamiento de comida. Embargo de las libertades fundamentales (libertad de expresión, prensa, reunión, asociación, movimiento y opinión). Embargo al intelecto, a la creatividad humana y a la iniciativa individual. Mucho se ha hablado del otro **embargo** contra el cual los apologistas de Castro han cabildeado furiosamente. La verdadera intención de Castro es la posibilidad de obtener créditos para hacer compras en Estados Unidos. Dada la falta de divisas y la deuda externa cubana, extender crédito significa que dicha deuda nunca se iría a pagar. El crédito no sería otra cosa que una subvención al gobierno cubano pagada por los impuestos del pueblo norteamericano. El crédito es la esperanza final de Castro a su continuismo en el poder. Entre las más recientes violaciones de los derechos humanos cometidos por el gobierno actual de Cuba están: La masacre cometida contra los pasajeros del remolcador Trece de Marzo, que partía de la bahía de La Habana y fue embestido por barcos del gobierno y hundido a pesar de los gritos desesperados de hombres, mujeres y niños, donde 41 personas (incluyendo 21 niños) perdieron la vida. La destrucción en aguas internacionales por misiles disparadas por MiGs de la fuerza aérea cubana de dos avionetas que estaban en misiones voluntarias humanitarias de rescatar a balseros que salían de Cuba. La sentencia a 3 años y medio de prisión al Dr. Oscar Elías Biscet por el **delito** de desplegar la bandera cubana boca abajo en señal de peligro, y su reencarcelación a sólo 37 días de haber sido puesto en libertad tras haber cumplido su sentencia. Hoy todavía sigue en prisión y ha sido trasladado al otro extremo de la isla. La detención de la economista y opositora Marta Beatriz Roque por pedir la libertad del Dr. Oscar Elías Biscet. Ya había cumplido 3 años de prisión por la publicación del documento La patria es de todos en unión de Vladimiro Roca, Felix Bonne y René Gómez, quienes también fueron presos. En estos días, aprovechando la conmoción internacional por el conflicto en Irak, Castro ha desatado una ola represiva violentísima, deteniendo a intelectuales, periodistas, bibliotecarios, académicos y otros disidentes. Unos 75, sancionados bajo la llamada Ley Mordaza, que califica el opinar como un delito, a condenas hasta de 28 años. Las violaciones de los derechos humanos en Cuba son extensas y de largo plazo. Abarcan crímenes de todo tipo cometidos por el gobierno contra todo tipo de personas. Han sido detalladas, comprobadas, testificadas. Han sido repetidas una y mil veces por miles de víctimas. Las Naciones Unidas tienen el deber, en nombre de la humanidad, de promulgar una condena definitiva contra el gobierno que mantiene la tiranía más larga en la historia de América.

Medias verdades y/o mentiras enteras

sábado, 8 de diciembre de 2007


...Mientras en nuestra sociedad, muchos personajes del acontecer nacional, pretenden hacerse pasar por émulos de la Madre Teresa de Calcúta, este editorial- cuyos datos fueron extraidos de un matutino de la capital-, parece ser reiterativo, pero a la luz de ciertas actitudes, sin dudas no lo es.-
ESTE editorial está concebido con el solo propósito de facilitar la pesada tarea de un grupo de nueve docentes investigadores, altamente calificados —se dice—, a quienes el Codicen ha encomendado la organización de cursos de especialización y la elaboración de un material de apoyo destinado a maestros de sexto grado y profesores de historia que tendrán a su cargo la enseñanza de los hechos políticos ocurridos en nuestro país durante los últimos treinta años.
Debe darse por descontado que en su trabajo recordarán, entre otros tantos sucesos y circunstancias lamentables, que los ataques del Movimiento Tupamaro estuvieron inicialmente dirigidos contra una democracia establecida; un gobierno libremente electo y unas autoridades legítimamente constituidas. Y que mencionarán la existencia de unas llamadas "cárceles del pueblo" o "tatuceras", donde se mantuvieron secuestrados —en algunos casos durante más de un año—, al banquero Gaetano Pellegrini, al Juez de Instrucción Pereira Manelli; al Cónsul brasileño Aloysio Díaz Gomide; al norteamericano Claude Fly; el periodista del diario "Acción", Homero Fariña; al director de U.T.E. Ulisses Pereyra Reverbel; al Embajador de Gran Bretaña Sir Geoffrey Jackson y a don Carlos Frick Davies. Incluso se podría organizar una visita guiada a una de ellas, ubicada en una casa de la calle Juan Paullier.
También se reservará alguna clase para mencionar el robo de armas en el Club de Tiro Suizo de Nueva Helvecia; el asalto a la Financiera Monty y al Casino San Rafael de Punta del Este; el atentado al Bowling de Carrasco; la voladura de explosivos en el Club de Golf o el otro robo de las libras de Mailhos. Y, el más grave desde el punto de vista histórico y emocional, el hurto de la bandera de los Treinta y Tres Orientales que se encontraba en el Museo Histórico y que aún no ha sido devuelta, pese a que él o los autores de ese delito pueden estar circulando u ocupando cargos a la vista y paciencia de todos los uruguayos.
Y, finalmente, que se incluirán dentro de los tantos nombres que hoy se mencionan, el de los 66 muertos asesinados por los Tupamaros, en una lista donde deben figurar:
LOPEZ, Dora. Enfermera civil, recibe un balazo disparado desde una ventana en la Confederación Sindical del Uruguay.
SILVEIRA, Antonio. Comisario. Abatido cuando se disponía a ingresar a un criadero de aves del balneario "El Sauce".
GARA, Germán. Agente. Baleado mientras intentaba desarmar a un grupo sedicioso en la comisaría de la 7a.
TEJERA, Manuel. Agente. Asesinado en un asalto a un Banco.
FERNANDEZ, Enrique. Sargento de Radio Patrulla. Fallece a consecuencia de heridas recibidas en el copamiento de Pando.
GUIDET, Rafael. Comerciante baleado por sediciosos al resistir a una rapiña en su local.
BURGUEÑO, Carlos. Ciudadano común, recibe un balazo sedicioso durante el copamiento de Pando, a donde había ido a inscribir en el Registro Civil, a un hijo recién nacido.
ZEMBRANO, Carlos. Agente. Asesinado a tiros en la intersección de Centenario y Carrara.
VIERA, Juan. Agente. Cae baleado cuando dos sediciosos intentaban robar material de oficina de Uruguay 942.
FERNANDEZ, Juan. Agente. Abatido por sediciosos en un enfrentamiento armado en El Pinar.
PALLAS, Alfredo. Agente. Fallece a consecuencia de heridas recibidas en un enfrentamiento en el Juzgado de Canelones.
MORAN, Héctor. Inspector de Policía. Acribillado por un grupo sedicioso en las inmediaciones del Teatro de Verano.
LESSES, Armando. Agente. Baleado por sediciosos mientras está de custodia en el domicilio del Subjefe de Policía.
MITRIONE, Dan. Ciudadano norteamericano funcionario de la A.I.D. Es ejecutado por la espalda después de 9 días de secuestro con las manos atadas con alambre.
MACHADO, Nelson. Agente. Es asesinado en un asalto sedicioso a una sucursal bancaria en un frigorífico de Rocha mientras está de servicio, tras varios meses de agonía.
SOSA, Nelson. Agente. Baleado.
VILLALBA, José L. Funcionario de Policía Administrativa. Abatido por sediciosos con siete balazos por la espalda.
CARABALLO, Gilberto. Agente. Ametrallado por sediciosos desde una camioneta.
PEREZ, Aidis. Agente. Ametrallado por sediciosos mientras conduce el auto de un Jefe de la Guardia Metropolitana.
BENTANCOUR, Juan. Capataz de la firma Niboplast. Sediciosos lo asesinan mientras se dirige a su domicilio.
RODRIGUEZ, Walter. Sargento. Es baleado por sediciosos a los que sorprende en una rapiña de una sucursal de Manzanares.
KAULAKAS, Ildefonso. Agente. Es hallado sin vida en el Parque Municipal del Cerro con dos orificios de bala en el cráneo.
ARHANCET, Alfonso. Joven de 16 años, ejecutado por la espalda, luego de gran golpiza, en el interior de un Club Político.
ALVAREZ, Juan F. Agente. Asesinado por cuatro tupamaros que asaltan un vehículo de Manzanares que conduce remesa de dinero.
SOTO, Wilder y LIMA, Nelson. Coraceros. Son abatidos por sediciosos en el Hospital Pedro Visca, donde se hallaban de servicio.
FERREIRA, Santos. Sargento de Policía de Tránsito. Asesinado en un local de cobranzas de UTE, en la calle Minnesota.
BAEZ, Pascasio. Peón rural. Asesinado con pentotal por haber descubierto, casualmente, un escondite sedicioso.
CASTIGLIONI, Heber. Cadete de policía. Cae abatido por sediciosos que hacen fuego desde una camioneta durante un procedimiento en Punta Carretas.
LEONCINO, Rodolfo. Inspector y Jefe de Seguridad del Penal de Punta Carretas. Es ultimado por un comando que lo embosca a la salida de su casa.
GODOY, Juan. Agente. Es asesinado cuando un comando intenta copar la comisaría de la 27a. Otros tres policías resultan heridos en esa oportunidad.
DO CANTO, Rosibel. Agente. Cae en un enfrentamiento con sediciosos en la calle Estado de Israel.
FERNANDEZ, Segundo y SANCHEZ, Juan. Agente y Oficial Ayudante, abatidos en el copamiento por sediciosos de la Comisaría de Soca.
DELEGA, Oscar y LEITES, Carlos. Subcomisario y Agente. Acribillados desde dos automóviles, con ráfagas de ametralladora en Rivera y Soca.
GOÑI, Sagunto. Agente. Muere a consecuencia de heridas recibidas en la emboscada en que fallecieron los dos anteriores.
ACOSTA Y LARA, Armando. Educador y hombre público. Abatido por un francotirador que le dispara desde una ventana del templo Metodista de la calle Constituyente.
MOTTO, Ernesto. Capitán de Corbeta. Ametrallado tras salir de su domicilio en Las Piedras.
NUÑEZ, Luis. Soldado. Cae abatido en el curso de un allanamiento.
MORATO, Julio. Asesinado en momentos que, al llegar a su domicilio, se le intenta secuestrar y se resiste.
CORREA, Saúl; NUÑEZ, Gaudencio; NUÑEZ, Osiris; FERREIRA, Jesús. Soldados. Fueron asesinados por un grupo que los ataca a mansalva disparando ráfagas de ametralladoras al interior del rodado en el que cumplían guardia ante el domicilio del Comandante en Jefe del Ejército, en Abacú y Avenida Italia.
GODOY, Eusebio. Soldado de Regimiento de Caballería No. 10. Abatido en un enfrentamiento registrado en Artigas.
TERRA, Diego. Comerciante. Abatido a balazos, lo confunden con un Oficial de las FF.AA. que vivía junto a su domicilio.
DELGADO, Eduardo y AGUILAR, Víctor. Soldados asesinados por un grupo que dispara ráfagas de ametralladoras desde un vehículo en fuga, en Av. Italia y Anzani.
CROSA, Vicente. Conductor de Omnibus. Asesinado en el interior de un vehículo de transporte de pasajeros donde se realizaba un procedimiento.
BARBIZON, Luis. Agente. Abatido por un comando que le da muerte en el local de su negocio.
BENITEZ, Luciano. Agente. Ultimado en Barrancas de Mauricio, San José.
ALVAREZ, Artigas. Coronel del Ejército. Director General de Defensa Civil. Ametrallado en presencia de su esposa e hijas, al salir de su domicilio.
FERNANDEZ, Darwin. Oficial inspector. Abatido por un sedicioso que opone resistencia en una casa de la calle Bogotá, donde se cumple un allanamiento.
BRAIDA, Ricardo. Teniente 2. Baleado de muerte mientras custodiaba, dentro de un coche, a un sedicioso detenido.
TRANQUILO, Carlos. Agente. Atacado por sorpresa por dos sediciosos mientras se dirigía a su hogar; muere a consecuencia de los balazos recibidos.
BUSCONI, Wilfredo. Capitán de Ejército. Había sido gravemente herido el 17 de abril tras un procedimiento practicado en un predio lindero a una regional del Partido Comunista.
BIQUE, Nelson. Soldado. Muerto en un enfrentamiento con sediciosos en 8 de Octubre y Villagrán.
ARIOSA, Manuel. Herido de muerte en un tiroteo.
MAYA, Artigas. Sargento del Grupo de Artillería N 1. Es ultimado en el curso de un operativo contra elementos sediciosos.
GUTIERREZ, Julio. Capitán. Fallece a consecuencia de las heridas recibidas en un enfrentamiento que había tenido lugar el 21 de abril en un procedimiento de la calle Ramón de Santiago.
CANTIONI, Raúl. Ultimado en momentos en que integraba un equipo que trataba de identificar a desconocidos que quisieron rapiñarlo.
TRABAL, Ramón. Coronel del Ejército. Agregado Militar de la Embajada de Uruguay en Francia. Asesinado por un comando guerrillero internacional mientras estacionaba su auto en el garaje.
BOTTI, Roberto. Capitán del Ejército. Asesinado mientras participa en operativo.
RODRIGUEZ, Aurora. Fallece a consecuencia de heridas recibidas cuando se produjo un atentado en la estancia "El Tropezón".
NO se merecían haber nacido, ni vivido en este país —en el caso de los extranjeros—, para terminar integrando esta triste lista. Más de treinta años después, puede quedar, al menos la tranquilidad y el consuelo para sus familiares —que también los tienen—, de que van a ser reivindicados si se incluyen sus nombres y sus peripecias en el anunciado rescate de un pasado reciente.
Que debe ser completo y no parcial.

Prensa que alegra a los de turno, "libertad sin responsabilidad"

sábado, 17 de noviembre de 2007



ES ALGO EXTENSO, PERO VALE LA PENA TOMARSE UNOS MINUTOS PARA ENTERARSE ...Y/Ó “DARSE CUENTA” DE QUE QUIENES AHORA SON MOSTRADOS COMO “LOS BUENOS” DE LA TRISTE PELÍCULA QUE NOS DIVIDIÓ HACE MUY POCO, SON SIMPLEMENTE UNOS HIPÓCRITAS QUE ESTÁN BUSCANDO REVANCHA Y VENGANZA EN LUGAR DE “JUSTICIA”.... SON MUCHOS LOS QUE SE CREEN QUE *LAS SABEN TODAS*... Y SIN EMBARGO (COMO CANTA SABINA), VIVEN “EN BABIA”....HE AQUÍ ENTONCES LA NOTA QUE NO ES MÍA, ACLARO:“...En todos los órdenes de la vida, la honestidad, es el principio esencial con que debemos encarar cualquier propuesta, particularmente cuando ella es parte de la profesión de periodista y en especial, cuando esa propuesta tiene el objetivo de formar opinión, en los distintos estratos de la ciudadanía.En este sentido, un domingo 5 de dic.., asistimos en el programa *Código País*, del canal 12, a una entrevista realizada por el Sr. Aldo Silva al tupamaro Henry Engler Golovchenko, donde esa honestidad estuvo ausente durante todo el transcurso de la misma. No sabemos si esa actitud se debió a la falta de seriedad profesional, realizando la referida entrevista sin haber investigado a fondo la trayectoria y el perfil de su entrevistado o, a una intención declarada de contribuir a la desinformación que la izquierda ha hecho sistemáticamente, sobre el verdadero papel de la subversión (en todas sus formas) durante las décadas del 60 y el 70.De elegir una opción, me inclinaría por esta última, especialmente luego de ver una semblanza que en ese programa hicieron del presidente electo, donde dicen que el mismo se afilió desde muy joven al Partido Socialista, cuando está más que probado que el Dr. Vázquez, obsecuente y bien considerado colaborador y amigo de las autoridades durante la dictadura, obtuvo una serie de prebendas en ese período y recién se afilió al PS en 1997.Pero volviendo al tema de Engler, fue vergonzoso ver la forma en que se le presentaba, como una persona bondadosa, que nunca hizo daño a nadie y que luego de haber enloquecido en la brutal prisión que *injustamente* debió soportar, emigró a Suecia, donde terminó sus estudios de medicina y hoy es un reconocido científico a nivel internacional.Estamos, sin duda, convencidos de que cualquier persona que delinquió y pagó su crimen de acuerdo con lo que la justicia determinó como pena, tiene derecho a reiniciar su vida, siendo algo resaltable el que además alcance importantes logros personales y profesionales, transformándose en un ser útil a la sociedad, que un día agredió con sus actos delictivos.Lo que NO ESTÁ BIEN, es que nos quieran hacer creer, que ese delincuente, que cometió crímenes espantosos, que mató, que ejecutó rehenes y compañeros y luego los enterró, que secuestró y participó en toda clase de tropelías terroristas, fue un idealista, héroe de una justa revolución, porque eso sí que es una gran mentira.Por eso, hoy queremos presentar al verdadero Henry Engler, a través de esos actos que llevo a cabo entre 1969 y 1972 cuando es capturado. - Participó en el asesinato del Inspector de Policía Héctor Morán Charquero, integrando el grupo de apoyo.- El 31 de julio de 1970, participó en el secuestro del Cónsul Brasileño Aloysio Diaz Gomide , al que tuvieron encerrado hasta el 21 de feb. Del 71.- Cuando junto a Wassen Alanis, Donato Aro, Mario Piriz Budez y Marcos Rossencof integraba el ejecutivo, autorizaron a Gabriel Schoeder, a *ejecutar* (muerte anticipada, como dice la Topolansky en el video) a un integrante del *M.L.N.* de alias *Raúl* que había cometido ciertos actos de indisciplina. La pena se hizo efectiva un local llamado *Tito*, de la calle Juan Paullier.• Otra *ejecución* en la que Engler participó, fue en la de un compañero llamado *Arteche*. Cumpliendo la orden, junto con Armando Blanco Katras, lo llevó en un vehículo hasta una fosa ya construida. Durante el trayecto, Blanco katras, lo asesinó de dos disparos. Ya en el lugar, mientras Engler vigilaba, Blanco Katras enterró al *reo*. Es interesante el que alguien que fue herido durante su detención y fue atendido y curado, pese a los abundantes y brutales crímenes que cometió, a la hora de *impartir justicia* con sus propios compañeros, no dudó en decretar la pena de muerte, participando de su ejecución.Les pedimos que recuerden estos episodios, porque los vamos a traer nuevamente al tratar otros asesinatos, que nos han hecho creer se cometieron por ciertas personas, cuando es más que probable que los reales culpables sean otros - Engler le entregó a Mujica Cordano alias *Emiliano* una lista de posibles objetivos, dentro de la cual estaba el Coronel Artigas Alvarez, Jefe de la Defensa Civil, un cargo sin mayor relevancia, pero era hermano del Gral. Alvarez y un blanco mucho más fácil, por lo que lo asesinaron en la puerta de su casa, mientras sacaba su auto del garage. Esta lista, a su vez, le había sido entregada por Raúl Sendic alias *Rufo*.- Intervino en el copamiento de Soca, realizado el 13 de febrero de 1972, donde murieron el Oficial Ayudante Juan Manuel Molinari y el Agente Segundo Fernández.- El 18 de mayo de 1972, jornada que culminó con el asesinato de cuatro (4) soldados custodias del domicilio del Comandante en Jefe del Ejército, el acusado ordenó a Adolfo Wassen Alaniz que la línea del *Ejecutivo* era la de realizar acciones contra el Ejército. Como consecuencia de ello, uno de los resultados fue la acción antes mencionada.- Engler también participó en la decisión del homicidio del ciudadano norteamericano Dan Mitrione, y aunque no intervino en la acción física de la ejecución, fue el encargado por orden de Blanco Katras- de asignar gente para la ejecución y también les entregó un bolso que contenía una sub-ametralladora y una escopeta para al apoyo de dicha operación.La frutilla del postre es su participación en el asqueroso asesinato del peón de campo Pascasio Báez Mena, quien tuvo la mala suerte de hallar una tatucera en la estancia Espartaco, próxima a Piriápolis, donde luego de una reunión con el ejecutivo, engler partió para el *Caraguatá* con la decisión de quitarle la vida a Báez Mena. transportó el *penthotal* que se utilizaría en la *ejecución* y junto con Jorge Manera Lluveras y Bassini Campiglia, decidieron quién y cómo se haría la misma. Luego, participó en el entierro de Báez Mena, junto a los dos nombrados y Sclavo.Como vemos, es impensable que una persona con este prontuario sea tratado dulcemente y se le presente como un héroe, porque es una falta de respeto a los ciudadanos que debieron soportar la acción terrorista de este hombre y sus compañeros .... Y el Sr. Aldo Silva, sería bueno que un día entrevistara a las personas que estaban en el otro bando. A las que, pese a ganar un sueldo misérrimo, defendían las instituciones de nuestro país por mandato del poder político de la época. Lamentablemente la coyuntura no augura que esto pueda darse, pero es de orden poner al descubierto este tipo de conducta, informando correctamente, porque en el futuro inmediato lo vamos a ver en forma constante....